Chico con barba, de esa que raspa. Con los ojos tan oscuros que son casi negros. Con esa sonrisa tan genial que siempre termina por despertar a la mía. Con algún que otro lunar que ya me he aprendido. Y que no falte esa cara de despistado, esa que solo conozco yo. Con las manos cargadas de manías, las cosquillas guardadas en rincones secretos. Y esos pies, pies de caminante desgastados de llevarle a tantos sitios. Quiero que le traigan, ¡que le traigan aquí!