martes, 1 de febrero de 2011

Continuamos con el parte informativo, hoy del día 31 de enero de 2.011, lunes de cielo plomizo en la Ciudad X X X. Para algunos, habrá sido un maldito lunes más. Para otros, comienza la semana. Para aquellos que se hayan casado, hayan sido ascendidos en el trabajo o les haya tocado el cupón de la Once (o al menos lo que echaban) habrá sido un día fantástico. Y para mí, ha sido mi cumpleaños. 21 inviernos, sí señores, compartiendo suelo con todos ustedes, de lo que me siento muy orgullosa y es un honor (obviamente mutuo, tanto por mi parte como por la vuestra). Y bueno, ahora los chiquillos se meterán conmigo llamándome señora y diciéndome "Oiga, que usted ya no tiene 20 años". Pero tengo mi propio recurso "antiedad", o mejor dicho, mi fórmula estilo Peter Pan para no terminar de hacerme mayor. Y digo yo, uno es mayor cuando empieza a tener recuerdos de 20 años atrás. Para mí eso es imposible, puesto que por mucho que lo intente, no logro recordar los acontecimientos de cuando tenía un año (que es la edad que correspondería en este momento). Aun así, seguro que con mi mala memoria, cuando tenga 25 no me acordaré de cuando tenía 5, y cuando tenga 30 no recordaré exactamente cuál era mi vida con 10. Ya está, eternamente joven^^. Sea cual sea la artimaña que se me ocurra, muchas felicidades Irene!
Bueno, hoy hemos tenido tres acontecimientos principales que resumiré rapidito (que tengo que irme a dormir):
1. Ya tenemos soffi nummer. Eso significa que ya podemos currar
2. He soplado 21 velas en la cafetería de una facultad de la UvA, con el acompañante y dos sevillanas que son muy guays
3. Hemos visitado la cueva de una versión iraní de Shrek (con todos mis respetos al señor, pero era inevitable evidenciar las similitudes). Recalcando este tercer momento, decir que hemos aparecido ahí donde Cristo perdió el mechero, en un lugar bastante oscuro y solitario, y una vez llegados a la cueva, el buen señor nos ha comunicado en un idioma bastante distante de lo que nosotros llegamos a entender, que alquilaba su habitación para compartirla, en su casa con un olor bastante sospechoso, y en definitiva, poco atractivo. No, el acompañante y yo no somos nada pijos, somos gente con critero. Así que hemos decidido al unísono que aquello no se acoplaba a nuestra idea de madriguera, y hemos salido corriendo de la cueva, hallando el alivio con olor a marihuana de nuestro Flying Pig.
Buenas noches, noches a todos, todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario